Punto uno.
El rastrillo de Hoss me ha agobiado, y mucho.
Quizás mis expectativas eran demasiado elevadas. No sé. Las prendas estaban todas rebajadas entre un 60-70%, y había prendas de todas las temporadas. Aun así, me parecieron caras, ya que parecía un "vaciado de almacenes".
El rastrillo se desarrolla en el aparcamiento del hotel Silken Puerta América, está bien organizado y dispone de probadores. Pero, personalmente, las ganas de probar algo se fueron al toparme con las largas colas.
No sé si ha sido porque era el primer día, pero la sensación ha sido de locura. Muchas mujeres. Muchas prendas colgando de los percheros.
He visto cosas... He visto señoras intentando llevarse abrigos de otras pensando que estaban en venta. He visto señoras "marcando territorio".
Demasiado agobio para prendas que no bajaban de los 44 euros (y esos 44 euros eran de un pantalón negro, clásico y encima de muestrario), y si la cuestión es hacer beneficencia, pues la hago de otra manera.
Punto dos.
La tienda Nice Things, de la calle Argensola es una monada.
La ropa muy bonita, y los perritos de la pared delante de los probadores superchulos.
Lo que más me ha gustado: los jerséis. Suavecitos y con tonalidades para todos los gustos. Desde el gris y el negro, pasando por los bordados para llegar a hasta los pois.
Punto tres.
¡Tengo que ir al Dray Martina YA!
La ropa muy bonita, y los perritos de la pared delante de los probadores superchulos.
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| Nice Things |
Punto tres.
¡Tengo que ir al Dray Martina YA!
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